lunes, 14 de agosto de 2017

El incendio del pueblo

Por Óscar Cortés Palma



Ya consumado el golpe de estado apoyado por Estados Unidos. El general Victoriano Huerta  estableció una férrea dictadura militar.

Aún así los militares estaban perdiendo la guerra. Los militares decidieron cambiar de estrategía, ahora usaron el terror para debilitar el espíritu de los pueblos que apoyaban a la guerrilla.

Enviaron a la región oriente del estado de Morelos destacamentos de federales a incendiar pueblos. El coronel Luis Cartón incendió el pueblo de Tepalcingo, el 13 julio de 1913,  y después se dirigió hacia los cerros del sur incendiando pueblos que estan entre los estados de Morelos y Puebla.

Mientras tanto, en la estación del ferrocarril de Axochiapan, el coronel Gaudencio González de la Llave estableció un campamento regional, desde donde recibió noticias de que en el pueblo de Quebrantadero andaban un grupo de guerrilleros.

El coronel Gaudencio González de la Llave salió aprisa junto con  120 soldados federales, armados con rifles y dos ametralladoras persiguiendo a los zapatistas, era la mañana del martes 21 de octubre de 1913.

Media hora después llegaron a Quebrantadero, en donde se enfrentaron a guerrilleros ocultos en los tecorrales a quienes obligaron a huir en desbandada internándose en el monte.

Después, el coronel Gaudencio de la llave ordenó incendiar las casas del pueblo como castigo por apoyar a la guerrilla. Incendiaron las caballerizas,  los trojes o cuexcomates llenos de maíz. Todo ardía con enormes llamaradas porque la mayoría de las casas de ese entonces eran de zacate y azoteas de vigas de madera.

Los pobladores de Quebrantadero que habían huido al monte contemplaban con tristeza a lo lejos como se incendiaban sus pertenencias. Y trataban de  proteger a las niñas y niños  que lloraban desconsolados. En Quebrantadero cayeron abatidos 9 zapatistas, y otros 7 más quedaron heridos.

Después, el coronel Gaudencio de la llave regresó a la estación del ferrocarril de Axochiapan. En donde estaba el campamento militar de la región, y esperó el arribo de más refuerzos para seguir reprimiendo al pueblo.

En la misa, el cura del pueblo, el padre prisciliano animaba a sus feligreses:

-Hermanos, hay que mantenernos unidos y organizados en estos tiempos turbulentos, solo unidos y organizados seremos fuertes y respetados. No confíen en  esos políticos profesionales del engaño que quieren hacernos pelear a los unos contra los otros-.

En esa época, eran frecuentes las escaramuzas en Morelos, en una de estas se incendiaron los sembradíos de caña de la hacienda de san Ignacio por lo que fueron apresadas 27 personas entre ellas el cura del pueblo, el padre Prisciliano Espíritu.

Aún así, los pueblos eran valientes e inteligentes supieron mantenerse unidos y organizados.

Semanas después bajaron de una locomotora 70 personas de lugares lejanos, que habían sido obligadas mediante la leva a entrar al ejército y reforzaron la guarnición de la estación del ferrocarril en donde se encontraban otro centenar de jóvenes.

Mas la guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan[1].

En efecto, el coronel Gaudencio de la llave, era un porfirista viejo, de 61 años de edad que manipulaba y obligaba a los muchachos a matarse entre sí.

Los muchachos no querían ir a la guerra. Una misteriosa muerte, en el campamento,  de un capitán por parte de un familiar del coronel de la  llave hizo crecer el descontento. Y en una ocasión los jóvenes soldados ya no soportaron más y se amotinaron.

Enterado de esto, el coronel Luis G. Cartón retornóAxochiapan, el 26 de diciembre de 1913 en donde cayeron 25 amotinados y la gran mayoría huyeron.

El coronel De la llave fue muy cruel, robaba e incendiaba a los pueblos. Muchos ancianos del municipio de Axochiapan cuentan que cuando se acercaban destacamentos de federales al pueblo, la gente preguntaba:

-Ahí vienen los soldados-
-¿Quien los dirige?-
-El General de la llave-.

Entonces la mayoría de los hombres huían al cerro o se escondían porque sino los fusilaban, y las mujeres se tiznaban la cara, se ensuciaban y se vestían con ropajes viejoss tratando de verse feas, se ocultaban en los petates, cuexcomates, pozos de agua. Los militares infundían terror y miedo.

Por eso, el coronel Gaudencio Gonzalez de la Llave fue tan odiado en la región, la gente se quejaba mucho de él, por lo que ya no fue útil para el gobierno federal ni estatal, porque su sola presencia provocaba repugnancia. Así que los altos mandos militares decidieron enviarlo lejos, a Aguascalientes y Jalisco, como jefe de reemplazo.

En cambio, el coronel Luis G. Cartón, no tuvo tanta suerte porque los zapatistas lo capturaron en Chilpancingo y lo juzgaron por incendiar pueblos y asesinar pacíficos, siendo encontrado culpable el 24 de marzo de 1914 fue fusilado.

En esa época, las escaramuzas eran frecuentes en la vecindad de Axochiapan, Atencingo, Chietla, Huehuetlan, Quebrantadero, Tlancualpican, Teotlalco y Tzicatlan.

El pueblo consciente estaba unido y organizado, no quería más explotación, era imposible detener la exigencia de paz,  justicia y repartición de la riquerza. En el año de 1914, se volvió a rebelar el pueblo de Axochiapan, para esa época todos los pueblos se habían rebelado. Los zapatistas habían ganado, por ahora….





© Texto: Óscar Cortés Palma 


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