sábado, 17 de enero de 2015

Historia de la danza teatro de los tecuanes de  Axochiapan
Por Óscar Cortés Palma

En la década de 1930 la danza de los tecuanes estaba en crisis y casi desaparecía, por lo que fue necesario traer maestros y músicos de otros pueblos para que enseñaran los pasos, los "diálogos" y la coreografía de la danza. El pitero que enseñaba la danza de los tecuanes a los pobladores de Atlacahualoya, Calmeca y Axochiapan se llamaba Faustino Benítez, pero en una ocasión dejó de venir y posteriormente murió, pero dejó discípulos.

En el poblado de Atlacahualoya aprendió su hijo Luis Benítez pero como ya está muy mayor de edad ya no continua tocando, por eso actualmente los sones de la danza de los tecuanes de Atlacahualoya son interpretados por piteros axochiapenses, que tocan obviamente sones axochiapenses. En el otro poblado, Calmeca, se perdió la danza, pero en el poblado de Axochiapan, Eliseo Ocampo Sandoval apodado  "El oso", aprendió los sones de la danza de los tecuanes de Atlacahualoya pero como era un niño de tan sólo 10 años de edad en 1940, y no hablaba náhuatl, no comprendió los diálogos que decían los danzantes, quienes además, ya estaban muy mayores.




Uno de esos danzantes mayores que conocía los diálogos era Víctor Mozo Jacinto, quien ya bailaba, antes de la Revolución Mexicana, la danza de los tecuanes que ensayaban en la casa de Juan Daniel “alias Juan Chona”, como nos comentó su hijo Arturo Mozo Chino.

Eliseo Ocampo Sandoval (alias el Oso) nos relató que su carrera musical empezó cuando faltó el pitero de Atlacahualoya Faustino Benítez, así que sus hermanos mayores fueron a solicitarle a su papá que le diera permiso a su hermano “el Oso” para que tocara la música de la danza de los tecuanes, y así empezó a resurgir la danza de los tecuanes en Axochiapan.

Con el paso del tiempo se fueron integrando más danzantes pero, no a todos los sacerdotes de la Iglesia  de Axochiapan les agradaba esa danza, pues como nos  comentó Eliseo Ocampo Sandoval, fue gracias a la intercesión de su tío Narciso cuando por fin el sacerdote de la iglesia se aceptó que la danza de los tecuanes bailaran en el atrio.

Después de esto se dio un relevo generacional, ya que empezaron a danzar jóvenes y niños. Y Eliseo Ocampo (el Oso), nos mencionó que modificó los sones y la coreografía de la danza de los tecuanespara hacerla más alegre.

Un par de años después surgió otro pitero llamado Pedro Jiménez, posteriormente surgió otro pitero llamado Paulino Tajonar Juárez (alias el Pagüis) y así fueron surgiendo más piteros hasta sumar cerca de dos decenas de piteros o músicos de las danzas de los tecuanes.

También fueron surgiendo más grupos de tecuanes hasta llegar a ser más o menos quince cuadrillas de tecuanes.

Algunos de los nombres de las cuadrillas de Tecuanes de Axochiapan son:
1.- "La Allende", 2.- "Los Cenizos", 3.-"Los Ardilleros", 4.- "La Progreso", 5.-"La Florida 1", 6.-"La Florida 2", 7.-"Los Carretos", , 8.-"La Oficina", 9.-"El Barrio Pobre", 10.-"El Barrio Loco", 11.- "Los Chicanos Locos", 12.-"El Regreso de los Veteranos de 1910" 13.-"Barrio Cholo", 14.- Malvivientes y 15. La Cuauhtémoc.

Eliseo Ocampo Sandoval nos comentó que antes bailaban encadenados, pero decidió cambiarlas por cruzados; que antes los tecuanes se vestían como un conjunto de catrines chaquetudos, y que tenían diálogos en idioma náhuatl en la que relataban una historia similar a la  “danza de los Vaqueros de Axochiapan”; que bailaban únicamente hombres, y que todos los danzantes tenían un nombre.

Pero Eliseo Ocampo reformó la danza, así que en ocasiones los tecuanes se disfrazaban de toreros, en otras ocasiones de carboneros, etcétera.

Eliseo Ocampo nos comentó una anécdota de cuando tenía 20 años de edad, allá por el año de 1950; lo visitó don Eliseo B. Aragón, nahuatlato y promotor cultural axochiapense, de unos 70 años, acompañado de algunas personas. Eliseo B. Aragón le dijo: “Tócanos los sones antiguos de la danza de los tecuanes para grabar un disco y también acompáñanos a Cuernavaca”. A lo que Eliseo Ocampo respondió: “No conozco las piezas antiguas, yo toco lo nuevo no lo antiguo”.

Los dos Eliseos, estuvieron de acuerdo en que las danzas se van transformando con el tiempo.

Efectivamente las danzas y tradiciones van cambiando con el tiempo y en Axochiapan las danzas de tecuanes no se parecen a las de los otras poblados en donde hay danzas de tecuanes.

Ya que en  Axochiapan se otorgan bastantes libertades coreográficas a los danzantes, quienes pueden disfrazarse  desde porristas, huentle, XV años, bufones, payasos, desfiles, etcétera. No obstante algunos  pobladores se esfuerzan por recuperar a los personajes originales, que son los viejos cazadores y el tigre o jaguar.

El crecimiento exponencial de las danzas de tecuanes de Axochiapan se dio en la década de 1980, cuando incluso había  "concursos" de danzantes y en donde los galardonados obtenian guajolotes, trofeos y estandartes de la conversión de San Pablo Apóstol.

Para finalizar hay que mencionar que la mayoría de los que participan en las danzas de tecuanes, lo hacen por gusto, por fe y por devoción a San Pablo Apóstol.



 © Texto: Óscar Cortés Palma 



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Este libro tiene en total  232 páginas, contiene además mapas, fotos y guiones de la danza-drama de los tecuanes.

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